El Musulmán es un Siervo Agradecido
“Y en verdad que os hemos dado una buena posición en la Tierra y os hemos puesto en ella medios de subsistencia. ¡Qué poco es lo que agradecéis!"1
(El Sagrado Corán)
En el Islam, reconocer el valor de las bendiciones brindadas por Dios y dar gracias por ellas se llama "agradecimiento". Agradecer a Dios es admitir con respeto, a veces con el corazón y otras con palabras, que vives una vida gracias a sus bendiciones.
La gratitud del corazón es creer que es Dios quien brinda las bendiciones. La gratitud de la lengua es agradecerle sinceramente por estas posibilidades y bendiciones. La gratitud del cuerpo consiste en utilizar su energía en acciones que complazcan a Dios, realizar oraciones y ayunar, y mantenerse alejado de lo que Dios ha prohibido. La gratitud de la persona adinerada es cuidar a los necesitados al dar sadaqa y azaque, y la gratitud del poseedor de autoridad y una posición privilegiada es usar su poder en el camino del bien y la justicia.
La gratitud en realidad es una conciencia de servidumbre, una forma de vida. Es que un siervo feliz por las innumerables bendiciones que ha recibido, como su comida, vestido, capacidades físicas y mentales, posibilidades materiales y espirituales, no se olvide de su Señor.
La necesidad humana de agradecer viene de su naturaleza. Si alguien tiene la conciencia de que le debe agradecimiento a una persona que le hace cualquier bien, no debe descuidar su gratitud hacia su Creador, quien le otorga innumerables bendiciones. Debe darse cuenta de su propia impotencia y comprender que no podría vivir sin la ayuda, el apoyo y las bendiciones de Dios.
Por otro lado, de acuerdo a la educación islámica, una parte que complementa el agradecimiento a Dios es la gratitud hacia aquellos que han hecho un bien. El Profeta (s.a.s) dijo: "Quien no agradece a las personas, no agradece a Dios"2 . El agradecimiento destruye antivalores como la ingratitud y el egoísmo, al establecer el amor, la integración y la unión entre las personas. Es una necesidad del carácter de un musulmán que retribuya de la misma manera a una persona que le ha hecho un bien, le ha proporcionado algo o lo ha ayudado. Si no tiene los medios materiales para retribuir, debería orar por esa persona.
1 Las Elevaciones, 7:10.
2 Tirmidhi, Virtud y Mantener Buenas Relaciones con los Familiares, 35.
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