La Creencia en el Más Allá

“(Los que hacen el bien son aquellos que) hacen la oración, pagan el azaque y tienen certeza de la existencia de la otra vida".1
(ElSagrado Corán)
La Ájira o el Más Allá es el nombre de la vida que comenzará después de la vida mundana y continuará para siempre. Creer en esta vida es una de las condiciones básicas para ser musulmán. Existe un vínculo directo y extremadamente fuerte entre la fe en el Más Allá y la fe en Dios. Esto es porque el negar el Más Allá es equivalente a negar a Dios, quien creó el mundo de pruebas y anunció a la humanidad la existencia del Más Allá al darle a conocer la temporalidad de este mundo.
Con la llegada del Día del Juicio y el Fin del Mundo, todas las personas darán cuentas a Dios. La justicia divina se manifestará, se separará el bueno del malo, el opresor del oprimido y el justo del injusto, y todos recibirán lo que les corresponde por lo que hicieron.
Creer en el Más Allá desarrolla el sentido de responsabilidad de las personas. Saber que Dios, el dueño de los cielos y de la tierra, algún día pedirá cuentas de todas las bendiciones y las encomiendas que le dio al ser humano lo hace más cuidadoso. Esa cautela afecta toda las relaciones sociales del musulmán, desde las interpersonales hasta las que mantiene con la naturaleza.
Además, creer en el Otro Mundo permite a las personas vivir con una meta noble y dedicarse al bien al enfocarse en un objetivo legítimo. Elimina los sentimientos como el rencor, la envidia, la enemistad y el odio, mientras desarrolla cualidades positivas como el perdón, la esperanza y la paciencia. Adicionalmente, potencia la fuerza de lucha contra las dificultades de la vida y responde a la búsqueda de la justicia, que a veces no se encuentra a pesar de que se espera con ansias.
El más consciente de los creyentes es aquel que cree en el Más Allá, a menudo recuerda la muerte y se prepara de la mejor manera para su vida después de ella porque la inversión más acertada es aquella que se hace para la vida eterna, en la que se encuentra el Paraíso.


Luqman, 31:4.

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