La Peregrinación

"Dios ha prescrito a las personas la peregrinación a la Casa si disponen de medios".1
(El Sagrado Corán)
Según la religión del Islam, la primera casa de culto establecida para las personas es la Kaaba, construida en La Meca como una fuente de misericordia y guía para los mundos. La peregrinación es entrar al estado de peregrino (ihram), estar de pie en el monte Arafat el noveno día del mes de Dhul Hijjah y luego circunvalar la Kaaba. De esta manera, la persona se dirige a Dios en el lugar más sagrado de la tierra, la Kaaba. La peregrinación tiene lugar una vez al año durante ciertos días en la zona Protegida (Haram) donde se encuentra la Kaaba.
El viaje sagrado a La Meca permite al creyente ver y sentir de cerca la casa de Dios hacia la cual se dirige cinco veces al día desde la distancia. Por supuesto, el objetivo principal de la peregrinación no es alcanzar la Kaaba. El objetivo principal es ganar la complacencia de Dios, el dueño de la Kaaba, y ofrecerle devoción, obediencia, sumisión y gratitud infinita.
Como una adoración realizada tanto con los bienes como con el cuerpo, la peregrinación tiene un lugar e importancia especiales. Fortalece los aspectos espirituales de los musulmanes, les infunde la conciencia de unidad y cooperación, aumenta su dignidad y responsabilidad, y les da la capacidad de actuar juntos como comunidad. En el clima bendecido de la peregrinación, los musulmanes de diferentes razas, idiomas y costumbres, pero de la misma religión tienen la oportunidad de intercambiar el amor, el conocimiento, las experiencias y la cultura para así conocerse los unos al otros. De esta forma, se lleva a cabo una reunión bendecida y productiva en el tiempo y lugar más sagrados. Por lo tanto, la peregrinación tiene grandes ganancias no solo a nivel individual, sino también a nivel social.
La peregrinación es una adoración que se desarrolla en base a símbolos. Cada movimiento y postura que se realiza durante la peregrinación tiene un significado simbólico. Durante la peregrinación, muchos eventos que ocurrieron en la familia de Abraham (a.s), lo que les sucedió a su hijo Ismael (a.s) y a su esposa Agar (a.s), son recordados simbólicamente y repetidos. Prácticas como circunvalar la Kaaba, correr entre las colinas de Safa y Marwah, entrar al estado de peregrino, recitar la intención de entrar en él, el afeitado o corte de cabello, pararse en Arafat, apedrear al diablo y el sacrificio de un animal son parte de la peregrinación y son el legado de los profetas desde Abraham (a.s) hasta Muhammad (s.a.s).
El Mensajero de Dios (s.a.s) anunció que la persona que completa su peregrinación abandonando sus deseos y su libido y manteniéndose alejado del pecado y la maldad, será tan pura como el día en el que nació. En sus palabras, “Verdaderamente no habrá recompensa por un Hajj Mabroor (una peregrinación aceptada por Dios) excepto el Paraíso”.2


La Familia de Imran, 3:97.

Bujari, Peregrinos Impedidos de Completar la Peregrinación, 10; Umrah, 1.

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